Nacida en Poitiers entre el 1122 y 1124, fue una noble francesa, que a la muerte de su único hermano se convirtió en la heredera del ducado de Aquitania. A sus 16 se convirtió en duquesa y señora de los enormes dominios que conformaban la región de Aquitania, llegando a tener en su posesión terrenos más vastos que los pertenecientes al mismísimo rey de Francia. Probablemente por esto mismo, pocos meses después se casó con heredero al trono francés, el futuro Luis VII de Francia.
A comienzos de su matrimonio todo fue color de rosas, Luis estaba muy enamorado de su esposa, tanto, que esta lo convenció de apoyar a su hermana Petronila para que se casara con el hombre que deseaba, lo que no tiene nada de malo si no hubiese sido porque él ya estaba casado y tuvieron que convencer a tres obispos de anular el matrimonio por motivos "consanguineos". A pesar que toda la situación se vino a pique cuando Roma decidió excomulgar a su hermana, su ya cuñado y los obispos involucrados, además de un conflicto armado que se formó, el rey de Francia se mantuvo firmemente en apoyo a su esposa.
En 1147, muy a disgusto del rey, Leonor se unió a la Segunda Cruzada, bajo la premisa de que ella, al poseer el ducado de Aquitania y este ser tan extenso, tenía todo el derecho a unirse a la campaña como el resto de los señores feudales del reino. Fue durante este tiempo que comenzaron los problemas en el paraíso. Al llegar a Antioquia a los territorios de su tío Raimundo de Poitiers, comenzó a ser victima de toda serie de rumores sobre una relación incestuosa con este último. Leonor ya de por si era considerada como una mujer de comportamiento demasiado liberal por los miembros de la corte francesa, especialmente miembros de la iglesia, que para la época, eran sumamente importante, y luego de que comenzó a tener largas audiencias privadas con su tío, la gente no tardó en juzgarla y acusarla al respecto. Especialmente luego de que su esposo quisiera salir pitando de Antioquia y ella se negara a seguirlo.
Si bien no se sabe si los rumores eran ciertos, estos ocasionaron un distanciamiento entre ella y su esposo. El matrimonio continuo durante un tiempo más, pero finalmente, cuando se vio repudiada por este, aceptó la anulación del matrimonio con una condición muy importante, permanecer con el dominio de sus tierras. Esto no era común en la época, lo común era que las mujeres se casaran y sus posesiones pasaran a ser de su marido.
Joven, rica y bonita; Leonor no tardó en desposarse nuevamente, esta vez con el heredero al trono ingles, el futuro Enrique II de Inglaterra. Parece simple debido a su posición, pero no creo que su elección de segundo esposo halla sido a la ligera. Al hacerlo, estaba uniendo sus territorios con los que ya contaba la corona inglesa creando así lo que se conoció como el Imperio Angevino. Me explico, a partir de su segunda boda, el rey ingles, a pesar de ser vasallo del rey de Francia, pasó a tener posesión de un territorio 8 veces más grande. No suena como a una pequeña venganza en contra a su ex-esposo?... Eventualmente, generaría conflictos sucesorios y rivalidades entre Inglaterra y Francia que perdurarían en el tiempo.
Cuando a Leonor no le pareció mucho que su nuevo esposo tuviera una amante, convenció a sus tres hijos de que se sublevaran en su contra. La rebelión no tuvo éxito, y Enrique II encerró a su esposa, a quien culpaba de todo ferreamente, durante 15 años. Durante sus años de encierro murieron dos de sus hijos, quedando como heredero al trono el futuro Ricardo I Corazón de León, cuya primera acción al subir al trono fue excarcelar a su madre.
Leonor de Aquitania, como ninguna otra mujer de su época pudo, regenció el reino inglés en las ausencias de su hijo Ricardo I. Cuando este fue encarcelado, hizo hasta lo imposible por pagar el monto astronómico que pedían por su liberación, luchó contra su otro hijo Juan Sin Tierra, para que este no destronara a Ricardo. Y cuando finalmente Ricardo I murió, apartó a su nieto del trono, para colocar en él a su hijo Juan Sin Tierra, quien ascendió como Juan I de Inglaterra.
Sus últimos años los pasó en un retiro en la Abadía de Fontevrault en Francia, aunque probablemente la palabra retiro no sea la correcta, pues esta señora a sus 80 años, viajó desde Francia hasta Castilla, a escoger entre sus nietas a la que se convertiría por matrimonio en una de las más famosas reinas de Francia, Blanca de Castilla (por las mejores razones, no se equivoquen).
Murió a sus 82 años en la abadía donde se retiró y fue enterrada junto a su esposo Enrique y su hijo predilecto Ricardo.
Leonor de Aquitania fue una mujer que logró lo que ninguna en un tiempo donde el mundo parecía hecho para los hombres, y por si no lo notaron, también logró sobrepasar los 80 años en un época donde la media de vida para las mujeres rondaba los 34 años y la de los hombres los 44 años. Sin duda, su vida y su manera de vivirla fueron y siguen siendo impresionantes.
Un dato curioso es que la hija de los actuales reyes de España, la infanta Leonor, lleva su nombre debido a Leonor de Aquitania.
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